Continuamente
a través de los medios de comunicación, somos bombardeados con noticias de
enfrentamientos, luchas, guerras, odios, injusticias sociales, crisis, maltrato
(yo de hecho procuro mantenerme alejada todo lo que puedo de programas que sólo
muestran este tipo de noticias para seguir manteniendo a la población en el
miedo y nunca una noticia “amable”), y nos preguntamos en qué clase de mundo
vivimos en el que las personas llevan tanta miseria en su interior que no son
capaces de sentarse tranquilamente y dialogar, abrir su corazón y escuchar
desde ahí al que se sienta al otro lado , escuchar sus necesidades, su otra
forma de ver la realidad porque ésta es inherente a cada ser humano e intentar
llegar a una conciliación en el que esos conflictos se resuelvan. Juzgamos a
los que viven lejos y no son capaces de solucionar los problemas de sus
respectivos países y que provocan guerras, muerte y destrucción, ya sean por
problemas políticos, culturales o religiosos entre otros y que además inculcan
a l@s niñ@s ese odio hacia el que es diferente a ellos, siguiendo creando una
humanidad llena de odio y conflictos; más cerca aún juzgamos incluso al vecino
que lleva años sin hablarse con un familiar y no entendemos cómo puede ser que
no resuelvan sus diferencias y es que vemos normal eso de juzgar las
actuaciones poco pacíficas y amorosas de los otros…y yo me pregunto, si
queremos un mundo diferente de Paz. Amor y Armonía para tod@s, ¿por qué no
empezamos por crear eso en nuestras propias vidas? Si queremos paz ¿por qué no
empezamos por traerla a nuestro día a día?
Queremos que
haya Paz en el mundo pero realmente estamos dispuestos a hacer algo para que esto
se dé? ¿Estamos dispuestos a empezar por nosotros mismos y traer la Paz a
nuestras mentes, a nuestras relaciones, a nuestra vida?
Por las
mañanas cuando nos levantamos, por ejemplo, qué haces, agradecer el nuevo día
que se despierta ante ti, cargado de oportunidades y experiencias maravillosas
para aprender, apreciar el sol de la mañana o en su caso la lluvia tan
necesaria, el paseo hacia el trabajo o el hecho de tener un coche o medio para
ir a él, el agradecer estar vivo y ser feliz por ello o enojado porque piensas
que tienes que seguir buscando un trabajo,…..es más, disfrutas de ese momento o
empiezas a llevar tu mente al día anterior y pensar en lo que te dijo el
compañero de trabajo y que no te gustó, con lo cuál ya estás pensando qué le
vas a contestar hoy nada más llegar al trabajo,…. O en tantas y tantas cosas
más que sólo traen inquietud, ansiedad y conflictos a nosotros mismos. Sí, estamos
trayendo conflictos a nuestra vida y por lo tanto lo que creamos a nuestro
alrededor y a nuestro mundo son conflictos, no el amor ni la armonía que
queremos para el mundo, pero claro, es más fácil juzgar y hablar de los
problemas de los que están lejos y quejarnos por la vida que empezar a crear
algo distinto desde nosotros mismos, porque eso requiere un esfuerzo y no
estamos siempre dispuestos a ello, nos pueden nuestros egos. Es más fácil no
resolver nuestros conflictos cotidianos y diferencias familiares, laborales o
de amistad y seguir pensando que la culpa de que el mundo esté mal la tienen
los demás, sobre todo los que tienen el poder.
Pretendemos
que el mundo y sus problemas se resuelvan solos sin pretender hacer nada al
respecto, nos sentimos separados del otro, sobre todo si el otro vive en otro
país, lejos de nosotros y con cultura diferente y ello es debido a nuestro
condicionamiento de separación debido al mundo dual en que vivimos y del que
estamos saliendo y que ha sido alimentado por el miedo, los prejuicios, y las
creencias que durante tanto tiempo se nos han inculcado y permanecido con
nosotros incluso registrado en nuestras propias células. No creemos en la
conciencia de UNIDAD, no creemos que nuestra forma de actuar cotidiana pueda
influir en que haya un mundo mejor o más amoroso, no pensamos que nuestra
propia actitud y visión del mundo pueda producir algún tipo de cambio real; pues
permíteme que te diga algo, no existe la separación, esa es la verdadera
realidad, no existe un tú sin mí ni un yo sin ti, existe un TODO en el que
todos somos partícipes, cada acto de tu vida influye en los demás, cada
pensamiento cada palabra tuya crea una energía, sea ésta amorosa o de vibración
inferior cuando son pensamientos desequilibrantes, que influyen en los demás y
en la conciencia colectiva y de la Tierra, si tus pensamientos son armoniosos
de paz, de Amor, al igual que tus palabras, eso es exactamente lo que estás
creando para ti y para los que están alrededor tuyo y como consecuencia para
este mundo, por la ley de la atracción eso es lo que atraerás a tu vida y a la
de los que te rodean y esa vibración elevada, esa energía armoniosa, llegará
incluso al corazón mismo de la madre tierra, elevando la frecuencia del planeta
y la consciencia de todos los seres que vivimos en ella, ¿Te imaginas que todos
regalásemos este tipo de sentimientos, qué fuésemos capaces de llevar armonía y
paz a nuestras vidas, que desde el corazón fuésemos capaces de resolver
nuestros conflictos cotidianos? todo eso llegaría a los demás y al mundo , esa
energía amorosa se movería, haría que además moviera a vivir en esa energía a
más y más personas, así que empecemos por vivir nuestra vida con amor y desde
el corazón, y desde ahí, el mundo irá cambiando. Si ofrecemos dolor, miedo, y destrucción
crearemos y obtendremos eso, si nos movemos en el Amor, ofrecemos el mayor
regalo que nuestra humilde, grande y maravillosa existencia como ser humano
puede ofrecer y quedar como legado,…gracias por cada momento de tu vida que te
mueves en el Amor y lo regalas al mundo porque realmente tú eres un hacedor de
cambios…
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