En estos tiempos de cambios es importante compartir todo aquello que guiado desde nuestro Ser y desde el Amor, nos ayude a despertar la consciencia de toda la Humanidad, a reencontrarnos con nuestra verdadera Esencia y a Crecer en la Luz y el Amor que todos somos. Espero que este blog pueda contribuir a ello siendo un fósforo, que ayude a encender el de los demás.Tod@s tenemos una luz que hacer brillar, el planeta necesita la luz de tod@s.Mucho Amor

domingo, 25 de noviembre de 2012

ENCUENTRO CON TU DRAGÓN


ENCUENTRO CON TU DRAGÓN




¿Has sentido alguna vez en tu interior la energía de un dragón? ¿Ha venido a tu interior, a tu ser esta imagen, pero con la certeza de que es un viejo amigo que decide rencontrarse contigo porque es el momento oportuno?
Mucho se ha hablado sobre la figura mitológica del dragón y de sus significados, variando según la cultura la apreciación de benevolencia o maldad en su figura. Para los Orientales por ejemplo, es símbolo de fecundidad y abundancia y es venerada como símbolo de vida, representando las fuerzas de la naturaleza y el universo. Según las historias registradas en la cultura milenaria china, los seres humanos podían convertirse en dragones a través de la magia, transformándose en seres de luz. Según las antiguas creencias chinas, traen la lluvia para la recolección. Es por eso que el dragón se convirtió en el símbolo imperial de ese país. En el Himalaya representan la buena suerte. Corea también tiene sus dragones, de similar carácter positivo.

En occidente son considerados malévolos y son alados.

Se entiende que los dragones se reparten el espacio según su función. Los dragones celestiales protegen los cielos y sostienen las mansiones de los Dioses del Sol, de la Luna o de las estrellas, evitando que se vengan abajo. Por su cercanía a los Dioses, son de los pocos que tienen algo de influencia sobre ellos. Los dragones de los ríos determinan el curso de los mismos, su caudal y sus desbordamientos, y guardan sus orillas. Se supone que estos dragones viven en palacios sepultados bajo las aguas de su río. Los dragones del aire regulan el tiempo, en sus paseos por el cielo gobiernan la lluvia, el viento, las nubes y las tormentas.
Los dragones de la tierra son los habitantes del mundo subterráneo conocido como Inframundo o Agartha, y se refugian en cavernas profundas, desde donde se cuenta que custodian grandes tesoros que acumulan desde el principio de los tiempos. También éste se representa con cuernos y escamas, y su espinazo está erizado como en puas, y tiene una perla en la garganta que puede escupir, la cual representa el poder del sol que en él reside y es la base de su fuerza y poderes. Esta poderosa perla es la piedra más sagrada y preciosa, de brillo propio y muy pero muy pesada, la llaman “piedra que concede todos los deseos” y está situada exactamente en el nivel nueve del cuello de un dragón. La perla puede regir,  las mareas, las fases de la luna, la lluvia, el trueno, el relámpago eléctrico y el mismo ciclo de la vida. Además quien posea una jamás podrá abusar de ella para su beneficio propio y sólo podrá usarse siempre para lo que fue creada, para beneficio común de la naturaleza y todas sus especies

En las Sagradas Escrituras hebreas, el dragón representa la muerte y el mal al fin entre los egipcios eran temidos y la cultura hebrea se vio grandemente influenciada por ellos Los cristianos heredaron la idea hebrea del dragón que aparece en la principal literatura de la Biblia, sobre todo en el Apocalipsis y en otras tradiciones posteriores.

De los viejos ritos y tradiciones en la mitología clásica, aprendemos que el dragón es un guardián. El de Ladon protege las manzanas de oro en el jardín de las Hespérides, papel que reaparece en los romances medievales, donde los dragones custodian, con frecuencia, doncellas cautivas, tesoros inmensos o entradas secretas.
Se cuenta que si te bañas en sangre de dragón tu piel se hace invulnerable y si un dragón te encuentra digno de cederte una parte de su corazón, te hace casi inmortal, muy fuerte y poderoso.

Está claro, que cada cultura ha tenido siempre su particular visión de esta figura o ser considerado mitológico.

Después de todo este bagaje cultural, debo decir que yo tengo una particular visión propia del dragón. Para empezar, yo creo en los dragones, creo que existe un plano existencial en el que ellos existen y con los que podemos establecer una conexión a nivel energético y espiritual.

      Empecé preguntando si has sentido alguna vez en tu interior la energía de un dragón, con esto quiero decir sentir a tu lado a veces su presencia como un guardián amigo que te revela fuerza interior, tu maestría y sabiduría que se alcanza cuando aceptas quién eres y empiezas a reconocerte a tí mism@.
Creo que es una manifestación de tu propio empoderamiento y conexión con tu guía interior, con tu propia intuición y sabiduría. Entonces tu particular dragón aparece como un viejo amigo sabio que estaba esperando que empezaras a reconocerte a tí mism@, a que tuvieras una consciencia más evolucionada para que pudieras creer en su presencia y pudieras así verle y reconocerle también. El te muestra tu propia sabiduría y fuerza interior que quedó por tanto tiempo dormida y olvidada y que el viejo y sabio dragón viene para hacer que lo recuerdes.


Su energía es fuerte y poderosa, es mágica, energética, y a la vez de gran expansión y armonía. Puedes sentirla fuertemente en medio de tu pecho, como una luz fuerte y poderosa, a veces dorada, a veces como fuego que se expande por todo tu cuerpo desde tu pecho, capaz de quemar y transmutar todo lo que deba ser objeto de tal alquimia.Es creativa, empoderante, sabia, intuitiva, creadora, sanadora y divina. Creo que el dragón está conectado con la divinidad del Universo, de la Fuente y de cada ser. El Dragón es un poderoso mago alquimista, y tú te conviertes en alquimista también cuando su presencia está cerca.

Si además te dejas llevar por esta energía mágica, majestuosa y maravillosa, puedes soñar con ella como cuando eras un niño, imaginando que vuelas encima de tu propio dragón, convirtiéndote realmente en un jinete de dragón. Al fin y al cabo, ¿De qué lugar salen los sueños y la imaginación? ¿Puede ser que de la recreación de algún mundo existente paralelo al nuestro y que alguna vez conocimos aunque fuese mientras dormíamos?



Nuestro dragón personal, merece todo nuestro respeto y bendición, él siempre se dirigirá así también hacia nosotros, pues suelen ser muy reverenciales. ¡Bendiciones y Amor para el mío!,…

jueves, 22 de noviembre de 2012

FRASES PARA REFLEXIONAR

Hace ya un tiempo que no publico frases de la semana pera reflexionar , así que aquí van algunas:Si resuenan contigo, quizás su reflexión te sirva para entender algunos momentos de la vida,...




















lunes, 19 de noviembre de 2012

MIRAR DE FRENTE NUESTROS MIEDOS


 
Muchas personas en estos momentos se están encontrando con que sus miedos más profundos parecen estar aflorando con intensidad. Parece como si aquello de lo que más huyes, se presentara en tu camino de frente sin tener opción de bordearlo. Quizás ha llegado el momento de simplemente eso, mirarlo de frente.

Creo que en el inconsciente colectivo, todo el tema de la crisis, cambios, movimientos energéticos,… están activando con más intensidad nuestros temores profundos y reconocemos muchas veces en los de los demás los nuestros propios, con lo que se forma como una cadena en la que nos activamos nuestros temores los unos a los otros, y lo malo es engancharse a ellos, porque puedes empezar a sentir incluso como propios los que no son tuyos.

El miedo es poderoso, y hay que estar muy centrado en uno mismo para no dejarse atrapar por él.

Se nos enseña que debemos “huir” de nuestros miedos, y no creo que se pueda huir de algo que va impreso en nosotros. Como seres pensantes, nuestra propia mente crea y recrea los miedos, y no podemos huir de ellos al igual que no podemos huir de nosotros mismos.

Como decía están siendo momentos intensos en los que parece que aquello que más tememos es lo que se nos está mostrando. Pienso que debemos verlo como una oportunidad, para salir de nuestro estado de capullo y ser mariposas. Es el momento crucial para que de una vez nos hagamos amigos de nuestros propios miedos, sanar las emociones que nos están poniendo en el camino estos miedos y liberarnos de ellos. Es el momento para poder hacerlo. Al fin y al cabo, nos han acompañado por mucho tiempo, pues son fruto de nuestras propias emociones, y lo primero de lo que no debemos tener miedo es de reconocer que tenemos miedo; ya sé que es una paradoja, pero como se nos ha enseñado a huir de nuestros propios miedos, muchas veces viven con nosotros limitándonos porque somos incapaces de reconocerlos, pues el simple hecho de ello nos produce ya por sí solo miedo, miedo a que nos suceda aquello que si miramos aparecerá.

Se trata de reconocer nuestros miedos, y reconocer en ellos una parte o muchas nuestras, pues a través de nuestros miedos podemos saber más de nosotros mismos. No hay que sentirse mal ni culpable por ellos, pues todos los tenemos o hemos tenido. Muchas veces son fruto de la falta de aceptación de nosotros mismos o de situaciones que nos pasó en nuestras vidas, pero debemos ser conscientes de que no son sino reflejo de nuestro interior, de aquello que hay en nosotros y lo que tenemos dentro y no sanamos o no reconocemos ni aceptamos, es lo que se nos mostrará en muchas ocasiones a través de nuestros miedos y en las formas o manifestaciones que adopte.

Cuando los reconocemos, los aceptamos y tomamos consciencia de que son creaciones nuestras, la mayoría van desapareciendo sin ni siquiera tomar consciencia de ello. Después no es necesario tampoco pensar demasiado en ello, es mejor dejar a la mente no seguir recreándolos más, pues por Ley de Atracción, en aquello en que te enfoques o pongas tu atención es lo que atraes, y si sólo estamos pendientes de nuestros miedos y enfocando nuestros pensamientos en lo que no queremos, precisamente eso es lo que se nos manifestará de una manera u otra.

Un buen método es que cuando nos venga un miedo, primero reconozcamos que se tiene ese miedo, pero ser consciente también de que esto es una ilusión y de que el miedo no existe como tal pues es sólo una recreación mental nuestra y al que no es necesario alimentar aun más. Darnos cuenta de que nosotros realmente no somos ese miedo e inmediatamente pensar en algo que nos agrade mucho y nos produzca felicidad, alegría,… sea lo que sea, para que la fuerza molecular del otro pensamiento denso que es el miedo, cambie y luego si queremos desde esa otra frecuencia volver a mirar sin más ese miedo, sin entrar en él ni recrearlo con la mente, sin pensamiento sólo observarlo mientras pensamos y/o estamos con la frecuencia de alegría y felicidad del pensamiento que nos produce estas otras emociones, y este desaparecerá o se amortiguará lo suficiente como para poder centrarnos en nosotros y continuar.

El miedo, es lo que nos impide ser libres, y lo que más infelicidad nos produce. Desde el miedo además toda manipulación es posible y dejamos de ser nosotros mismos.

Aquí os dejo  un fragmento de la conversación del Maestro Yoda y LuKe Skywalker muy reveladora sobre los miedos de la película
“La Guerra de las Galaxias”



Yoda instruye a Luke en el planeta Dagobah a cerca de los peligros del reverso:

«Ese lugar… es fuerte con el lado oscuro de la Fuerza. Un dominio del mal es. Dentro tú debes ir."
"¿Qué hay allí?"
"Sólo lo que llevas contigo.»
 (Sobre la entrada a La Cueva del Mal o del Lado Oscuro)

"- Eso es, corre, corre, el poder de un Jedi proviene de La Fuerza, pero cuidado con el reverso tenebroso, ira, miedo, agresión, el reverso tenebroso te da fuerzas, ellos se mueven con facilidad y enseguida te inducen a la pelea, si alguna vez caes en el reverso tenebroso, dominará por siempre tu destino, te consumirá como hizo con el discípulo de Obi-Wan Kenobi.
- ¿Es más fuerte el reverso tenebroso?
- ¡No! más rápido, más fácil, más seductor...
- ¿Cómo diferenciar el lado bueno del malo?
-
Lo sabrás cuando estés tranquilo, en paz, equilibrado, un Jedi utiliza la fuerza como ciencia y para defensa, nunca para atacar.
- Pero...¿Porque no puedo...?
- No hay un por qué. Libera tu mente de preguntas".
"Ese lugar es propiedad del reverso de La Fuerza, tienes que entrar, dentro hay lo que lleves contigo, tus armas no las necesitarás".
"Que no te invada el odio, eso te puede salvar del reverso tenebroso".

También Yoda le dice a Anakin cuando se presenta al consejo:
"El miedo es el camino hacia el lado oscuro, el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio...lleva al sufrimiento".

Como diría el Maestro Yoda: "Difícil misión es, pero imposible no".


Te puede interesar: "Cómo permanecer en nuestro Centro", sobre todo en momentos de mucho movimiento interior http://www.crecerenlaluz-lechuzablanca.blogspot.com.es/2012/03/como-podemos-permanecer-en-nuestro.html


LA MENTE INFINITA- JOE DISPENZA
"Cuando hay sintonía entre el pensar y sentir, es cuando se genera un campo electromagnético  propicio para el desarrollo del potencial"




Hace algo más de veinte años, Joe Dispenza fue arrollado por un todoterreno cuando participaba en un triatlón. El diagnóstico de los cuatro cirujanos que consultó coincidía, tenía que operarse inmediatamente, debían implantarle barras de Harrington (de 20 a 30 centímetros desde la base del cuello hasta la base de la columna), ya que la tomografía demostraba que la médula estaba lesionada y que podría quedarse paralizado en cualquier momento.

Dispenza, que era quiropráctico, sabía muy bien lo que eso significaba: una discapacidad permanente y, muy probablemente, con un dolor constante. Su decisión fue arriesgada: intentaría ayudar a su cuerpo a que se recuperara de manera natural, conocía bien todo lo concerniente a huesos y músculos e ideó un plan de acción que incluía autohipnosis, meditación, una dieta que ayudara a sus huesos a regenerarse y ciertos ejercicios en el agua. Se recuperó totalmente en un tiempo récord y decidió ahondar en el tema.

Durante ocho años, estudió las remisiones espontáneas de enfermedades y le sorprendieron tanto los resultados que decidió volver a la universidad para intentar explicar científicamente lo que había descubierto: el poder de nuestro cerebro como director ejecutivo del cuerpo.

Joe Dispenza estudió Bioquímica en la Universidad Rutgers de New Brunswickle,en Nueva Jersey; obtuvo el doctorado en Quiropráctica en la Life University de Atlanta, donde se licenció magna cum laude y recibió el premio Clinical Proficiency Citation por la extraordinaria calidad de su relación con los pacientes. Miembro de la International Chiropractic Honor Society, ha cursado estudios de posgrado en neurología, neurofisiología, función cerebral, biología celular, genética, memorización, química cerebral, envejecimiento y longevidad.

Desde 1997 ha dado conferencias ante más de diez mil personas en 17 países de los cinco continentes. A finales de mayo hablará en Madrid y Barcelona coincidiendo con la edición española de su libro "Desarrolla tu cerebro".

¿Cómo empezó a interesarse por el cerebro?

He entrevistado a cientos de personas que han sido diagnosticadas con enfermedades –tumores malignos y benignos, enfermedades cardiacas, diabetes, alteraciones respiratorias, hipertensión arterial, colesterol alto, dolores musculoesqueléticos, raras alteraciones genéticas para las que la ciencia médica no tiene solución…–, pero cuyo cuerpo se ha regenerado por sí solo sin la ayuda de una intervención médica convencional, como la cirugía o los fármacos.

¿Milagro?

Observé que una de las causas principales de esas remisiones espontáneas era que habían cambiado su forma de pensar, así que volví a la universidad e hice la carrera de neurociencias para poder explicar qué es lo que ocurría. Cuando afirmo que nuestros pensamientos se convierten literalmente en materia, me baso en la más pura vanguardia científica. Básicamente, esos individuos cambiaron la arquitectura neurológica de su cerebro.

Estimulante curiosidad la suya.

Todas esas personas que tenían una remisión espontánea compartían cuatro cualidades específicas. Lo primero es que todas aceptaron, creyeron y entendieron que había una inteligencia superior dentro de ellos, da igual si la calificaban de divina, espiritual o subconsciente. Lo segundo es que todas aceptaron que fueron sus propios pensamientos y sus propias reacciones las que crearon su enfermedad, y puedo hablar y citar estudios sobre cualquiera de estos temas durante media hora. Hay un floreciente campo científico llamado psiconeuroinmunología que demuestra la conexión existente entre la mente y el cuerpo.

Le creo, pero avancemos en sus conclusiones.

La tercera característica común es que cada persona decidió reinventarse a sí misma para llegar a ser otro, y los estudios actuales en neurociencias muestran que esto es totalmente posible. Por último, tenían en común que durante el período en que intentaban meditar o imaginar en qué querían convertirse, hubo tiempos largos en que perdieron la noción del tiempo y el espacio.

¿Y eso qué significa?

El lóbulo frontal representa un 40% ciento de la totalidad del cerebro, y cuando estamos de verdad concentrados o focalizados, el lóbulo frontal actúa como un control de volumen. Como tiene conexiones con todas las demás partes del cerebro, puedo rebajar el volumen del tiempo y del espacio. En otras palabras, los circuitos que tienen que ver con mover tu cuerpo, sentirlo, percibir lo que hay fuera y percibir el tiempo pasan a un segundo plano, y el pensamiento se convierte en la experiencia en sí, es más real que cualquier otra cosa. De este modo el lóbulo frontal elimina todo lo que no es prioritario para focalizarse en un único pensamiento, y es en ese momento en que el cerebro rehace su cableado.

¿En qué se traduce?

Aquello en lo que pensamos y en lo que concentramos nuestra atención con más frecuencia es lo que nos define a escala neurológica.

Un reciente estudio demuestra que las grandes ideas surgen cuando uno está relajado, pensando en otras cosas.

Entre la intención y el rendirse. Antes se creía que la parte derecha del cerebro es la parte emocional o sentimental, el lado creativo, y la izquierda, la racional o lógica. Pero de hecho, el lado derecho del cerebro es el responsable de procesar la novedad cognitiva, las nuevas ideas que, cuando ya están memorizadas, cuando se convierten en familiares, pasan al lado izquierdo del cerebro. Es lo que conocemos como rutina cognitiva.

¿Cambiar las marchas del coche?

Todas esas cosas que hacemos sin pensar, sí. Ésa es la razón de que cuando un neófito escucha música la oiga con el lado derecho del cerebro, pero un músico profesional lo haga con el izquierdo. Esto significa que tenemos la oportunidad de aprender cosas nuevas y recordarlas, es la manera que tiene la evolución de hacer conocido lo desconocido. Podemos cambiar nuestra mentalidad. Al crear nuevos cableados y fortalecerlos con nuestro pensamiento, dándoles prioridad, los que no utilizamos tienden a desaparecer.

Usted habla de inteligencia espiritual, ¿qué es eso, cómo lo explica desde un punto de vista científico?

No hay nada místico en ello. Se trata de la misma inteligencia que organiza y regula todas las funciones corporales. Esta fuerza hace que nuestro corazón lata ininterrumpidamente unas cien mil veces cada día sin que nosotros pensemos siquiera en ello, y se encarga de las sesenta y siete
funciones del hígado, aunque la mayoría de la gente ni siquiera sabe que ese órgano realiza tantas tareas. Esta inteligencia sabe cómo mantener el orden entre las células, los tejidos, los órganos y los sistemas corporales, porque ha sido ella quien ha creado el cuerpo a partir de dos células individuales.

¿El poder que da origen al cuerpo es el poder que lo mantiene y lo sana?

El cerebro no puede cambiar el cerebro porque es sólo un órgano, y la mente no puede cambiar el cerebro porque es un producto del cerebro. Así que tiene que existir algo que está operando en el cerebro para que cambie la mentalidad.

¿Cómo define ese algo?

Ja, ja, ja, esa es una pregunta muy filosófica, dos botellas de vino y quizá cuatro horas, porque se trata de la búsqueda del ser. Pero por el momento es curiosamente la ciencia la que nos permite explicar que efectivamente tenemos control sobre nuestra mente y nuestro cerebro, es decir, que no somos un efecto de nuestros procesos biológicos sino una causa.
Básicamente, más allá de mis estudios sobre las remisiones espontáneas de enfermedades, lo que intento transmitirle es que nuestros pensamientos provocan reacciones químicas que nos llevan a la adicción de comportamientos y sensaciones y que cuando aprendemos cómo se crean esos malos hábitos, no sólo podemos romperlos, sino también reprogramar y desarrollar nuestro cerebro para que aparezcan en nuestra vida comportamientos nuevos.

¿Y la predestinación genética?

La investigación científica de vanguardia está mostrando que la genética tiene la misma plasticidad que el cerebro. Los genes son como interruptores, y es el estado químico en que vivimos el que hace que algunos estén encendidos y otros apagados. Se ha realizado un estudio muy interesante en Japón con enfermos dependientes de la insulina tipo dos que mostraba cómo los enfermos sometidos a programas de comedia normalizaban su nivel de azúcar en sangre sin necesidad de insulina. Veinticuatro genes activados sólo por el hecho de reírse. Los genes son igual de plásticos que nuestro tejido neuronal.

¿Cada vez que pensamos fabricamos sustancias químicas?

Así es, y estas sustancias a su vez son señales que nos permiten sentir exactamente cómo estábamos pensando. Así que si tienes un pensamiento de infelicidad, al cabo de unos segundos te sientes infeliz. El problema es que en el momento en que empezamos a sentir de la manera en que
pensamos, empezamos a pensar de la manera en que nos sentimos, y eso produce aún más química.

Un círculo vicioso.

Sí, y así se crea lo que llamamos el estado de ser. La repetición de estas señales hace que algunos genes estén activados y otros apagados. Memorizamos este estado como nuestra personalidad, así que la persona dice: “Soy una persona infeliz, negativa, o llena de culpa”, pero en realidad lo único que ha hecho es memorizar su continuidad química y definirse como tal. Nuestro organismo se acostumbra al nivel de sustancias químicas que circulan por nuestro torrente sanguíneo, rodean nuestras células o inundan nuestro cerebro. Cualquier perturbación en la composición química constante, regular y confortable de nuestro cuerpo dará como resultado un malestar.

Estamos enganchados a nuestra química interna.

Sí, haremos prácticamente todo lo que esté en nuestra mano, tanto consciente como inconscientemente y a partir de lo que sentimos, para restaurar nuestro equilibrio químico acostumbrado. Es cuando el cuerpo ya manda sobre la mente.

¿Propone cambiar la química cerebral con nuestro pensamiento?

Es una parte de mi trabajo, no se trata sólo de cambiar la química cerebral, también los circuitos cerebrales, el cableado. Si podemos forzar al cerebro a pensar con otros patrones o secuencias, estamos creando una nueva mente. El principio de la neurociencia es que si las células neuronales se activan conjuntamente, se entrelazan creando una conexión más permanente. Una persona ante una situación, por nueva que sea, recurre a esa conexión, es decir, repite el mismo pensamiento una y otra vez y da las mismas respuestas, su cerebro no cambia, vive con la misma mente cada día.

¿Cómo interrumpir el ciclo?

A través del proceso de conocimiento y de la experiencia podemos cambiar el cerebro. Es buena idea examinar constantemente qué podemos cambiar dentro de nosotros. Si cada mañana nos planteáramos cuál es la mejor idea que podemos tener de nosotros mismos, tendríamos otro tipo de
mundo.

¿Qué preguntas debemos hacernos para sentir de otra manera?

La mayoría de las personas cree que las emociones son reales. Las emociones y los sentimientos son el producto final, el resultado de nuestras experiencias. Si no hay experiencias nuevas o vividas de otra manera, vivimos siempre en la actualización de sentimientos pasados. Se trata del mismo proceso químico vez tras vez. Una pregunta que ayudaría a cambiarnos es: ¿qué sentimiento tengo cada día que me sirve de excusa para no cambiar? Si las personas empiezan a decirse: yo puedo eliminar la culpa, la vergüenza, las sensaciones de no merecer, de no valer…; si podemos eliminar esos estados emocionales destructivos, empezamos a liberarnos, porque son estos estados emocionales los que nos impulsan a comportarnos como animales con grandes almacenes de recuerdos. ¿Cuál es el mayor ideal de mí mismo? ¿Qué puedo cambiar de mí mismo para ser mejor persona? ¿A quién en la historia admiro y qué quiero emular?

Pero saber quién quieres ser no es suficiente para cambiar tu cableado.

No. El conocimiento es lo que precede a la experiencia. Aprender una información es personalizarla y aplicarla. Debemos modificar nuestro comportamiento para poder tener una nueva experiencia que a su vez crea nuevas emociones. El conocimiento es para la mente; la experiencia, para el cuerpo. Tenemos que enseñar al cuerpo lo que la mente ha entendido intelectualmente. Si seguimos repitiendo esa experiencia, se archiva en un sistema nuevo en el cerebro, y eso permite pasar del pensar al hacer, al ser.

El siguiente paso es cambiar hábitos de comportamiento, tiene que haber acción.

El hábito más grande que tenemos que romper es el de ser nosotros mismos, porque la neurociencia y la psicología dicen que la personalidad ya está formada antes de los 35 años, eso significa que tenemos los circuitos hechos para poder enfrentarnos a cualquier situación y, por lo tanto, vamos a pensar, a sentir y actuar de la misma manera el resto de nuestros días. Pero los últimos estudios muestran que sí es posible cambiar la personalidad en todas las etapas de la vida, para eso hay que convertir el hábito inconsciente en algo consciente, llegar a tener conciencia de esos pensamientos y sentimientos inconscientes.

¿Eso son 20 años de psicoanálisis?

Aunque llegues a entender intelectualmente que tu padre era muy dominante, eso no cambia tu condición. El primer paso siempre es aprender. Mientras vamos aprendiendo nueva información y empezamos a pensarla, la contrastamos con nuestras creencias y la analizamos, estamos cambiando nuestro cableado, construyendo una nueva mente. Una vez que esa nueva mente está establecida, tenemos que empezar a pensar cómo mostrarla, y ahí entra el cuerpo. Cualquier proceso de cambio requiere el desaprender y el reaprender.

(Fuente:Manantial del caduceo)