En estos tiempos de cambios es importante compartir todo aquello que guiado desde nuestro Ser y desde el Amor, nos ayude a despertar la consciencia de toda la Humanidad, a reencontrarnos con nuestra verdadera Esencia y a Crecer en la Luz y el Amor que todos somos. Espero que este blog pueda contribuir a ello siendo un fósforo, que ayude a encender el de los demás.Tod@s tenemos una luz que hacer brillar, el planeta necesita la luz de tod@s.Mucho Amor
¿Has
sentido alguna vez en tu interior la energía de un dragón? ¿Ha venido a tu
interior, a tu ser esta imagen, pero con la certeza de que es un viejo amigo
que decide rencontrarse contigo porque es el momento oportuno?
Mucho
se ha hablado sobre la figura mitológica del dragón y de sus significados,
variando según la cultura la apreciación de benevolencia o maldad en su figura.
Para los Orientales por ejemplo, es símbolo de fecundidad y abundancia y es
venerada como símbolo de vida, representando las fuerzas de la naturaleza y el
universo.Según
las historias registradas en la cultura milenaria china, los seres humanos
podían convertirse en dragones a través de la magia,
transformándose en seres de luz. Según las antiguas creencias chinas, traen la
lluvia para la recolección. Es por eso que el dragón se convirtió en el símbolo
imperial de ese país. En el Himalaya representan la buena suerte. Corea también
tiene sus dragones, de similar carácter positivo.
En occidente son considerados malévolos y son
alados.
Se
entiende que los dragones se reparten el espacio según su función. Los dragones
celestiales protegen los cielos y sostienen las mansiones de los Dioses del
Sol, de la Luna o de las estrellas, evitando que se vengan abajo. Por su
cercanía a los Dioses, son de los pocos que tienen algo de influencia sobre
ellos. Los dragones de los ríos determinan el curso de los mismos, su caudal y
sus desbordamientos, y guardan sus orillas. Se supone que estos dragones viven
en palacios sepultados bajo las aguas de su río. Los dragones del aire regulan
el tiempo, en sus paseos por el cielo gobiernan la lluvia, el viento, las nubes
y las tormentas.
Los dragones de la tierra son los habitantes del mundo subterráneo conocido
como Inframundo o Agartha, y se refugian en cavernas profundas, desde donde se
cuenta que custodian grandes tesoros que acumulan desde el principio de los
tiempos. También éste se representa con cuernos y escamas, y su espinazo está
erizado como en puas, y tiene una perla en la garganta que puede escupir, la cual
representa el poder del sol que en él reside y es la base de su fuerza y
poderes. Esta poderosa perla es la piedra más sagrada y preciosa, de brillo
propio y muy pero muy pesada, la llaman “piedra que concede todos los deseos” y
está situada exactamente en el nivel nueve del cuello de un dragón. La perla
puede regir, las mareas, las fases de la
luna, la lluvia, el trueno, el relámpago eléctrico y el mismo ciclo de la vida.
Además quien posea una jamás podrá abusar de ella para su beneficio propio y
sólo podrá usarse siempre para lo que fue creada, para beneficio común de la
naturaleza y todas sus especies
En las Sagradas Escrituras hebreas, el dragón representa la muerte y el mal
al fin entre los egipcios eran temidos y la cultura hebrea se vio grandemente
influenciada por ellos Los cristianos heredaron la idea hebrea del dragón que
aparece en la principal literatura de la Biblia, sobre todo en el Apocalipsis y
en otras tradiciones posteriores.
De los viejos ritos y tradiciones en la mitología clásica, aprendemos que
el dragón es un guardián. El de Ladon protege las manzanas de oro en el jardín
de las Hespérides, papel que reaparece en los romances medievales, donde los
dragones custodian, con frecuencia, doncellas cautivas, tesoros inmensos o
entradas secretas.
Se cuenta que si te bañas en sangre de dragón tu piel se hace invulnerable
y si un dragón te encuentra digno de cederte una parte de su corazón, te hace
casi inmortal, muy fuerte y poderoso.
Está claro, que cada cultura ha tenido siempre su particular visión de esta
figura o ser considerado mitológico.
Después de todo este bagaje cultural, debo decir que yo tengo una
particular visión propia del dragón. Para empezar, yo creo en los dragones,
creo que existe un plano existencial en el que ellos existen y con los que
podemos establecer una conexión a nivel energético y espiritual.
Empecé preguntando si has sentido alguna vez en tu interior la energía de
un dragón, con esto quiero decir sentir a tu lado a veces su presencia como un
guardián amigo que te revela fuerza interior, tu maestría y sabiduría que se
alcanza cuando aceptas quién eres y empiezas a reconocerte a tí mism@.
Creo que es una manifestación de tu propio empoderamiento y conexión con tu
guía interior, con tu propia intuición y sabiduría. Entonces tu particular dragón
aparece como un viejo amigo sabio que estaba esperando que empezaras a
reconocerte a tí mism@, a que tuvieras una consciencia más evolucionada para
que pudieras creer en su presencia y pudieras así verle y reconocerle también. El
te muestra tu propia sabiduría y fuerza interior que quedó por tanto tiempo
dormida y olvidada y que el viejo y sabio dragón viene para hacer que lo
recuerdes.
Su energía es fuerte y poderosa, es mágica, energética, y a la vez de gran
expansión y armonía. Puedes sentirla fuertemente en medio de tu pecho, como una luz fuerte y poderosa, a veces dorada, a veces como fuego que se expande por todo tu cuerpo desde tu pecho, capaz de quemar y transmutar todo lo que deba ser objeto de tal alquimia.Es creativa, empoderante, sabia, intuitiva, creadora,
sanadora y divina. Creo que el dragón está conectado con la divinidad del
Universo, de la Fuente y de cada ser. El Dragón es un poderoso mago alquimista, y tú te conviertes en alquimista también cuando su presencia está cerca.
Si además te dejas llevar por esta energía mágica, majestuosa y maravillosa,
puedes soñar con ella como cuando eras un niño, imaginando que vuelas encima de
tu propio dragón, convirtiéndote realmente en un jinete de dragón. Al fin y al
cabo, ¿De qué lugar salen los sueños y la imaginación? ¿Puede ser que de la
recreación de algún mundo existente paralelo al nuestro y que alguna vez
conocimos aunque fuese mientras dormíamos?
Nuestro dragón personal, merece todo nuestro respeto y bendición, él siempre
se dirigirá así también hacia nosotros, pues suelen ser muy reverenciales. ¡Bendiciones
y Amor para el mío!,…
jueves, 22 de noviembre de 2012
FRASES PARA REFLEXIONAR
Hace ya un tiempo que no publico frases de la semana pera reflexionar , así que aquí van algunas:Si resuenan contigo, quizás su reflexión te sirva para entender algunos momentos de la vida,...
Muchas personas en estos momentos se están
encontrando con que sus miedos más profundos parecen estar aflorando con
intensidad. Parece como si aquello de lo que más huyes, se presentara en tu
camino de frente sin tener opción de bordearlo. Quizás ha llegado el momento de
simplemente eso, mirarlo de frente.
Creo que en el inconsciente colectivo, todo el tema
de la crisis, cambios, movimientos energéticos,… están activando con más
intensidad nuestros temores profundos y reconocemos muchas veces en los de los
demás los nuestros propios, con lo que se forma como una cadena en la que nos
activamos nuestros temores los unos a los otros, y lo malo es engancharse a
ellos, porque puedes empezar a sentir incluso como propios los que no son
tuyos.
El miedo es poderoso, y hay que estar muy centrado
en uno mismo para no dejarse atrapar por él.
Se nos enseña que debemos “huir” de nuestros
miedos, y no creo que se pueda huir de algo que va impreso en nosotros. Como
seres pensantes, nuestra propia mente crea y recrea los miedos, y no podemos
huir de ellos al igual que no podemos huir de nosotros mismos.
Como decía están siendo momentos intensos en los que
parece que aquello que más tememos es lo que se nos está mostrando. Pienso que
debemos verlo como una oportunidad, para salir de nuestro estado de capullo y
ser mariposas. Es el momento crucial para que de una vez nos hagamos amigos de
nuestros propios miedos, sanar las emociones que nos están poniendo en el
camino estos miedos y liberarnos de ellos. Es el momento para poder hacerlo. Al
fin y al cabo, nos han acompañado por mucho tiempo, pues son fruto de nuestras
propias emociones, y lo primero de lo que no debemos tener miedo es de
reconocer que tenemos miedo; ya sé que es una paradoja, pero como se nos ha
enseñado a huir de nuestros propios miedos, muchas veces viven con nosotros
limitándonos porque somos incapaces de reconocerlos, pues el simple hecho de
ello nos produce ya por sí solo miedo, miedo a que nos suceda aquello que si
miramos aparecerá.
Se trata de reconocer nuestros miedos, y reconocer
en ellos una parte o muchas nuestras, pues a través de nuestros miedos podemos
saber más de nosotros mismos. No hay que sentirse mal ni culpable por ellos,
pues todos los tenemos o hemos tenido. Muchas veces son fruto de la falta de
aceptación de nosotros mismos o de situaciones que nos pasó en nuestras vidas,
pero debemos ser conscientes de que no son sino reflejo de nuestro interior, de
aquello que hay en nosotros y lo que tenemos dentro y no sanamos o no
reconocemos ni aceptamos, es lo que se nos mostrará en muchas ocasiones a
través de nuestros miedos y en las formas o manifestaciones que adopte.
Cuando los reconocemos, los aceptamos y tomamos
consciencia de que son creaciones nuestras, la mayoría van desapareciendo sin
ni siquiera tomar consciencia de ello. Después no es necesario tampoco pensar
demasiado en ello, es mejor dejar a la mente no seguir recreándolos más, pues
por Ley de Atracción, en aquello en que te enfoques o pongas tu atención es lo
que atraes, y si sólo estamos pendientes de nuestros miedos y enfocando
nuestros pensamientos en lo que no queremos, precisamente eso es lo que se nos
manifestará de una manera u otra.
Un buen método es que cuando nos venga un miedo,
primero reconozcamos que se tiene ese miedo, pero ser consciente también de que
esto es una ilusión y de que el miedo no existe como tal pues es sólo una recreación
mental nuestra y al que no es necesario alimentar aun más. Darnos cuenta de que
nosotros realmente no somos ese miedo e inmediatamente pensar en algo que nos
agrade mucho y nos produzca felicidad, alegría,… sea lo que sea, para que la
fuerza molecular del otro pensamiento denso que es el miedo, cambie y luego si
queremos desde esa otra frecuencia volver a mirar sin más ese miedo, sin entrar
en él ni recrearlo con la mente, sin pensamiento sólo observarlo mientras
pensamos y/o estamos con la frecuencia de alegría y felicidad del pensamiento
que nos produce estas otras emociones, y este desaparecerá o se amortiguará lo
suficiente como para poder centrarnos en nosotros y continuar.
El miedo, es lo que nos impide ser libres, y lo que
más infelicidad nos produce. Desde el miedo además toda manipulación es posible
y dejamos de ser nosotros mismos.
Aquí os dejo un fragmento de la conversación del Maestro Yoda y LuKe Skywalker muy
reveladora sobre los miedos de la película
“La Guerra de las Galaxias”
Yoda instruye a Luke en el planeta Dagobah
a cerca de los peligros del reverso:
«Ese
lugar… es fuerte con el lado oscuro de la Fuerza. Un dominio del mal es. Dentro
tú debes ir." "¿Qué hay
allí?"
"Sólo lo que llevas contigo.»(Sobre la entrada a La Cueva del
Mal o del Lado Oscuro)
"- Eso es, corre, corre,
el poder de un Jedi proviene de La Fuerza, pero cuidado con el reverso
tenebroso, ira, miedo, agresión, el reverso tenebroso te da fuerzas, ellos se
mueven con facilidad y enseguida te inducen a la pelea, si alguna vez caes en
el reverso tenebroso, dominará por siempre tu destino, te consumirá como hizo
con el discípulo de Obi-Wan Kenobi. - ¿Es más fuerte el reverso
tenebroso? - ¡No! más rápido, más fácil,
más seductor... - ¿Cómo diferenciar el lado
bueno del malo? - Lo sabrás cuando estés tranquilo, en paz, equilibrado, un Jedi utiliza la fuerza como ciencia y para defensa, nunca para
atacar. - Pero...¿Porque no puedo...? - No hay un por qué. Libera tu
mente de preguntas".
"Ese lugar es propiedad del reverso de
La Fuerza, tienes que entrar, dentro hay lo que lleves
contigo, tus armas no las necesitarás".
"Que no te invada el odio, eso te
puede salvar del reverso tenebroso".
También Yoda le dice a Anakin cuando se
presenta al consejo: "El miedo es el camino hacia el lado oscuro, el miedo lleva a
la ira, la ira lleva al odio, el odio...lleva al sufrimiento".
Como diría el
Maestro Yoda: "Difícil misión es,
pero imposible no".
"Cuando hay sintonía entre el pensar y
sentir, es cuando se genera un campo electromagnéticopropicio para el desarrollo del potencial"
Hace algo más de
veinte años, Joe Dispenza fue arrollado por un
todoterreno cuando participaba en un triatlón. El
diagnóstico de los cuatro cirujanos que consultó
coincidía, tenía que operarse inmediatamente,
debían implantarle barras de Harrington (de 20 a
30 centímetros desde la base del cuello hasta la
base de la columna), ya que la tomografía
demostraba que la médula estaba lesionada y que
podría quedarse paralizado en cualquier
momento.
Dispenza, que era
quiropráctico, sabía muy bien lo que eso
significaba: una discapacidad permanente y, muy
probablemente, con un dolor constante. Su decisión
fue arriesgada: intentaría ayudar a su cuerpo a
que se recuperara de manera natural, conocía bien
todo lo concerniente a huesos y músculos e ideó un
plan de acción que incluía autohipnosis,
meditación, una dieta que ayudara a sus huesos a
regenerarse y ciertos ejercicios en el agua. Se
recuperó totalmente en un tiempo récord y decidió
ahondar en el tema.
Durante ocho años,
estudió las remisiones espontáneas de enfermedades
y le sorprendieron tanto los resultados que
decidió volver a la universidad para intentar
explicar científicamente lo que había descubierto:
el poder de nuestro cerebro como director
ejecutivo del cuerpo.
Joe Dispenza estudió
Bioquímica en la Universidad Rutgers de New
Brunswickle,en Nueva Jersey; obtuvo el doctorado
en Quiropráctica en la Life University de Atlanta,
donde se licenció magna cum laude y recibió el
premio Clinical Proficiency Citation por la
extraordinaria calidad de su relación con los
pacientes. Miembro de la International
Chiropractic Honor Society, ha cursado estudios de
posgrado en neurología, neurofisiología, función
cerebral, biología celular, genética,
memorización, química cerebral, envejecimiento y
longevidad.
Desde 1997 ha dado
conferencias ante más de diez mil personas en 17
países de los cinco continentes. A finales de mayo
hablará en Madrid y Barcelona coincidiendo con la
edición española de su libro "Desarrolla tu
cerebro".
¿Cómo empezó a
interesarse por el cerebro?
He entrevistado a
cientos de personas que han sido diagnosticadas
con enfermedades –tumores malignos y benignos,
enfermedades cardiacas, diabetes, alteraciones
respiratorias, hipertensión arterial, colesterol
alto, dolores musculoesqueléticos, raras
alteraciones genéticas para las que la ciencia
médica no tiene solución…–, pero cuyo cuerpo se ha
regenerado por sí solo sin la ayuda de una
intervención médica convencional, como la cirugía
o los fármacos.
¿Milagro?
Observé que una de las
causas principales de esas remisiones espontáneas
era que habían cambiado su forma de pensar, así
que volví a la universidad e hice la carrera de
neurociencias para poder explicar qué es lo que
ocurría. Cuando afirmo que nuestros pensamientos
se convierten literalmente en materia, me baso en
la más pura vanguardia científica. Básicamente,
esos individuos cambiaron la arquitectura
neurológica de su cerebro.
Estimulante
curiosidad la suya.
Todas esas personas
que tenían una remisión espontánea compartían
cuatro cualidades específicas. Lo primero es que
todas aceptaron, creyeron y entendieron que había
una inteligencia superior dentro de ellos, da
igual si la calificaban de divina, espiritual o
subconsciente. Lo segundo es que todas aceptaron
que fueron sus propios pensamientos y sus propias
reacciones las que crearon su enfermedad, y puedo
hablar y citar estudios sobre cualquiera de estos
temas durante media hora. Hay un floreciente campo
científico llamado psiconeuroinmunología que
demuestra la conexión existente entre la mente y
el cuerpo.
Le creo, pero
avancemos en sus conclusiones.
La tercera
característica común es que cada persona decidió
reinventarse a sí misma para llegar a ser otro, y
los estudios actuales en neurociencias muestran
que esto es totalmente posible. Por último, tenían
en común que durante el período en que intentaban
meditar o imaginar en qué querían convertirse,
hubo tiempos largos en que perdieron la noción del
tiempo y el espacio.
¿Y eso qué
significa?
El lóbulo frontal
representa un 40% ciento de la totalidad del
cerebro, y cuando estamos de verdad concentrados o
focalizados, el lóbulo frontal actúa como un
control de volumen. Como tiene conexiones con
todas las demás partes del cerebro, puedo rebajar
el volumen del tiempo y del espacio. En otras
palabras, los circuitos que tienen que ver con
mover tu cuerpo, sentirlo, percibir lo que hay
fuera y percibir el tiempo pasan a un segundo
plano, y el pensamiento se convierte en la
experiencia en sí, es más real que cualquier otra
cosa. De este modo el lóbulo frontal elimina todo
lo que no es prioritario para focalizarse en un
único pensamiento, y es en ese momento en que el
cerebro rehace su cableado.
¿En qué se
traduce?
Aquello en lo que
pensamos y en lo que concentramos nuestra atención
con más frecuencia es lo que nos define a escala
neurológica.
Un reciente estudio
demuestra que las grandes ideas surgen cuando uno
está relajado, pensando en otras
cosas.
Entre la intención y
el rendirse. Antes se creía que la parte derecha
del cerebro es la parte emocional o sentimental,
el lado creativo, y la izquierda, la racional o
lógica. Pero de hecho, el lado derecho del cerebro
es el responsable de procesar la novedad
cognitiva, las nuevas ideas que, cuando ya están
memorizadas, cuando se convierten en familiares,
pasan al lado izquierdo del cerebro. Es lo que
conocemos como rutina cognitiva.
¿Cambiar las
marchas del coche?
Todas esas cosas que
hacemos sin pensar, sí. Ésa es la razón de que
cuando un neófito escucha música la oiga con el
lado derecho del cerebro, pero un músico
profesional lo haga con el izquierdo. Esto
significa que tenemos la oportunidad de aprender
cosas nuevas y recordarlas, es la manera que tiene
la evolución de hacer conocido lo desconocido.
Podemos cambiar nuestra mentalidad. Al crear
nuevos cableados y fortalecerlos con nuestro
pensamiento, dándoles prioridad, los que no
utilizamos tienden a desaparecer.
Usted habla de
inteligencia espiritual, ¿qué es eso, cómo lo
explica desde un punto de vista
científico?
No hay nada místico en
ello. Se trata de la misma inteligencia que
organiza y regula todas las funciones corporales.
Esta fuerza hace que nuestro corazón lata
ininterrumpidamente unas cien mil veces cada día
sin que nosotros pensemos siquiera en ello, y se
encarga de las sesenta y siete funciones del
hígado, aunque la mayoría de la gente ni siquiera
sabe que ese órgano realiza tantas tareas. Esta
inteligencia sabe cómo mantener el orden entre las
células, los tejidos, los órganos y los sistemas
corporales, porque ha sido ella quien ha creado el
cuerpo a partir de dos células
individuales.
¿El poder que da
origen al cuerpo es el poder que lo mantiene y lo
sana?
El cerebro no puede
cambiar el cerebro porque es sólo un órgano, y la
mente no puede cambiar el cerebro porque es un
producto del cerebro. Así que tiene que existir
algo que está operando en el cerebro para que
cambie la mentalidad.
¿Cómo define ese
algo?
Ja, ja, ja, esa es una
pregunta muy filosófica, dos botellas de vino y
quizá cuatro horas, porque se trata de la búsqueda
del ser. Pero por el momento es curiosamente la
ciencia la que nos permite explicar que
efectivamente tenemos control sobre nuestra mente
y nuestro cerebro, es decir, que no somos un
efecto de nuestros procesos biológicos sino una
causa. Básicamente, más allá de mis estudios
sobre las remisiones espontáneas de enfermedades,
lo que intento transmitirle es que nuestros
pensamientos provocan reacciones químicas que nos
llevan a la adicción de comportamientos y
sensaciones y que cuando aprendemos cómo se crean
esos malos hábitos, no sólo podemos romperlos,
sino también reprogramar y desarrollar nuestro
cerebro para que aparezcan en nuestra vida
comportamientos nuevos.
¿Y la
predestinación genética?
La investigación
científica de vanguardia está mostrando que la
genética tiene la misma plasticidad que el
cerebro. Los genes son como interruptores, y es el
estado químico en que vivimos el que hace que
algunos estén encendidos y otros apagados. Se ha
realizado un estudio muy interesante en Japón con
enfermos dependientes de la insulina tipo dos que
mostraba cómo los enfermos sometidos a programas
de comedia normalizaban su nivel de azúcar en
sangre sin necesidad de insulina. Veinticuatro
genes activados sólo por el hecho de reírse. Los
genes son igual de plásticos que nuestro tejido
neuronal.
¿Cada vez que
pensamos fabricamos sustancias
químicas?
Así es, y estas
sustancias a su vez son señales que nos permiten
sentir exactamente cómo estábamos pensando. Así
que si tienes un pensamiento de infelicidad, al
cabo de unos segundos te sientes infeliz. El
problema es que en el momento en que empezamos a
sentir de la manera en que pensamos, empezamos
a pensar de la manera en que nos sentimos, y eso
produce aún más química.
Un círculo
vicioso.
Sí, y así se crea lo
que llamamos el estado de ser. La repetición de
estas señales hace que algunos genes estén
activados y otros apagados. Memorizamos este
estado como nuestra personalidad, así que la
persona dice: “Soy una persona infeliz, negativa,
o llena de culpa”, pero en realidad lo único que
ha hecho es memorizar su continuidad química y
definirse como tal. Nuestro organismo se
acostumbra al nivel de sustancias químicas que
circulan por nuestro torrente sanguíneo, rodean
nuestras células o inundan nuestro cerebro.
Cualquier perturbación en la composición química
constante, regular y confortable de nuestro cuerpo
dará como resultado un malestar.
Estamos enganchados
a nuestra química interna.
Sí, haremos
prácticamente todo lo que esté en nuestra mano,
tanto consciente como inconscientemente y a partir
de lo que sentimos, para restaurar nuestro
equilibrio químico acostumbrado. Es cuando el
cuerpo ya manda sobre la mente.
¿Propone cambiar la
química cerebral con nuestro
pensamiento?
Es una parte de mi
trabajo, no se trata sólo de cambiar la química
cerebral, también los circuitos cerebrales, el
cableado. Si podemos forzar al cerebro a pensar
con otros patrones o secuencias, estamos creando
una nueva mente. El principio de la neurociencia
es que si las células neuronales se activan
conjuntamente, se entrelazan creando una conexión
más permanente. Una persona ante una situación,
por nueva que sea, recurre a esa conexión, es
decir, repite el mismo pensamiento una y otra vez
y da las mismas respuestas, su cerebro no cambia,
vive con la misma mente cada día.
¿Cómo interrumpir
el ciclo?
A través del proceso
de conocimiento y de la experiencia podemos
cambiar el cerebro. Es buena idea examinar
constantemente qué podemos cambiar dentro de
nosotros. Si cada mañana nos planteáramos cuál es
la mejor idea que podemos tener de nosotros
mismos, tendríamos otro tipo
de mundo.
¿Qué preguntas
debemos hacernos para sentir de otra
manera?
La mayoría de las
personas cree que las emociones son reales. Las
emociones y los sentimientos son el producto
final, el resultado de nuestras experiencias. Si
no hay experiencias nuevas o vividas de otra
manera, vivimos siempre en la actualización de
sentimientos pasados. Se trata del mismo proceso
químico vez tras vez. Una pregunta que ayudaría a
cambiarnos es: ¿qué sentimiento tengo cada día que
me sirve de excusa para no cambiar? Si las
personas empiezan a decirse: yo puedo eliminar la
culpa, la vergüenza, las sensaciones de no
merecer, de no valer…; si podemos eliminar esos
estados emocionales destructivos, empezamos a
liberarnos, porque son estos estados emocionales
los que nos impulsan a comportarnos como animales
con grandes almacenes de recuerdos. ¿Cuál es el
mayor ideal de mí mismo? ¿Qué puedo cambiar de mí
mismo para ser mejor persona? ¿A quién en la
historia admiro y qué quiero
emular?
Pero saber quién
quieres ser no es suficiente para cambiar tu
cableado.
No. El conocimiento es
lo que precede a la experiencia. Aprender una
información es personalizarla y aplicarla. Debemos
modificar nuestro comportamiento para poder tener
una nueva experiencia que a su vez crea nuevas
emociones. El conocimiento es para la mente; la
experiencia, para el cuerpo. Tenemos que enseñar
al cuerpo lo que la mente ha entendido
intelectualmente. Si seguimos repitiendo esa
experiencia, se archiva en un sistema nuevo en el
cerebro, y eso permite pasar del pensar al hacer,
al ser.
El siguiente paso
es cambiar hábitos de comportamiento, tiene que
haber acción.
El hábito más grande
que tenemos que romper es el de ser nosotros
mismos, porque la neurociencia y la psicología
dicen que la personalidad ya está formada antes de
los 35 años, eso significa que tenemos los
circuitos hechos para poder enfrentarnos a
cualquier situación y, por lo tanto, vamos a
pensar, a sentir y actuar de la misma manera el
resto de nuestros días. Pero los últimos estudios
muestran que sí es posible cambiar la personalidad
en todas las etapas de la vida, para eso hay que
convertir el hábito inconsciente en algo
consciente, llegar a tener conciencia de esos
pensamientos y sentimientos
inconscientes.
¿Eso son 20 años de
psicoanálisis?
Aunque llegues a
entender intelectualmente que tu padre era muy
dominante, eso no cambia tu condición. El primer
paso siempre es aprender. Mientras vamos
aprendiendo nueva información y empezamos a
pensarla, la contrastamos con nuestras creencias y
la analizamos, estamos cambiando nuestro cableado,
construyendo una nueva mente. Una vez que esa
nueva mente está establecida, tenemos que empezar
a pensar cómo mostrarla, y ahí entra el cuerpo.
Cualquier proceso de cambio requiere el
desaprender y el reaprender.